Las abejas, junto con otras poblaciones polinizadoras, están en riesgo de extinguirse a causa de las repercusiones humanas: desde las malas prácticas agrícolas, hasta el cambio climático generado por nuestras emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Según un estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el 35% de los polinizadores invertebrados (abejas y mariposas) están en peligro de extinción a nivel mundial. En consecuencia, si seguimos como vamos, podría verse afectada gravemente nuestra dieta, pues algunos cultivos —como los de frutas, frutos secos y hortalizas— tendrían que ser sustituidos por cultivos básicos como el arroz, el maíz y la papa.
Ahora bien, más allá de que los agricultores y los responsables de las políticas juegan un papel clave para la protección de estas especies, nosotros como ciudadanos también somos fundamentales en el cuidado de las abejas.
¿Y qué tenemos que hacer? ¡La solución es muy sencilla! Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que generamos y así hacerle frente al cambio climático que aumenta las temperaturas globales y que cambia las condiciones de la Tierra.
Una de las maneras como puedes disminuir tus emisiones GEI es desde tu movilidad. Por eso, cada vez se hace más importante que practiques una movilidad activa, que compartas tu carro cuando los trayectos lo requieran, que uses el transporte público y busques otras alternativas de movilidad que sean amigables con el medio ambiente.
Como humanidad enfrentamos uno de los más grandes retos de la historia: disminuir el impacto de nuestras acciones, ser conscientes cada vez más de las repercusiones que estas tienen y ejercer nuestra ciudadanía para lograr un futuro sostenible y cómodo para nosotros, para las especies y los ecosistemas con los que convivimos.